La pelea por lo nuestro. Ernesto Escapa. Diario de León

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La pelea por lo nuestro ( Diario de León – 24/10/2013 )
ernesto escapa 24/10/2013

El pasado domingo sacudió la quietud de la cuna parlamentaria, que es León, el malestar de varios miles de manifestantes, cansados de asistir al tira y afloja, cuando no al desdén, de los proyectistas de Madrid, que para tapar el agujero olímpico de unas cuantas capitales, tuvieron la ocurrencia de cercenar la trama rural que facilita unas relaciones seculares y equilibradas de la gente con su medio natural, con sus tradiciones y con sus recursos vitales. Se acababan las entidades locales que no tuvieran servicios administrativos para rendir cuentas en tres meses y en la poda iba también un tercio de los concejales, exactamente los que no cuestan.

La lindeza viajó a Bruselas, formando parte del pliego de súplicas en busca de más dinero para el socavón bancario. No se les ocurrió parar los pies o controlar el gasto a los idiotas del olimpismo madrileño, sino cortar por lo sano. Exactamente, por lo que no cuesta y además garantiza la pervivencia de un saludable equilibrio ecológico. Pero los podadores no están solos. Si uno echa cuentas, resulta que tenemos 72 veraneantes repartidos por las playas del Congreso y el Senado, aunque no se les oiga nunca y menos cuando hacen falta. Dejaron que el ministro canario pusiera la soga y asestara el golpe definitivo a la minería y ahora hacen como que se preocupan, aunque cuidando de no verbalizar su rechazo. Ellos andan a lo suyo, que ahora mismo consiste en buscar acomodo para las próximas listas, y a las pedanías que las atienda quien no tenga otra cosa mejor que hacer. Mientras, las diputaciones cospedalean, porque entienden que con el nuevo modelo van a salir mejor paradas, mermando el protagonismo autonómico.

El cuadro resultante de estas ambiciones enredadas es como para enviarlo al museo de la risa. Y todavía falta que asomen los populares de provincias que sorayean con la vicepresidenta vallisoletana. Cada cual con sus trajines y su cazoleo de Madrid a la provincia y de la provincia a Madrid. A los pueblos que les vayan poniendo la cruz. Pero en medio de la verbena sucedió lo que nadie esperaba. Todavía la otra tarde en las Cortes de Castilla y León el procurador leonesista Alejandro Valderas, después de afirmar que «todos queremos que haya menos ayuntamientos», evocó en tres lugares leoneses el proceso de absorción maquinado por el Franquismo: Armunia, Castrillo de los Polvazares y San Esteban de Valdueza. Y los dibujó con la soltura que proporciona hablar de asuntos que uno cree remotos: «Tres pueblos perdidos en el monte». Después del desahogo, Valderas tuvo que encajar el ofrecimiento de Herrera, quien se mostró dispuesto a dedicar media hora para explicarle el contenido de la ley autonómica, cuyo texto ha tenido durante seis meses en la cámara para despejar cualquier duda.

Porque una vez aprobada, ya no vale atribuirle oscuras intenciones contra la rica trama local de León. Al contrario, supone una barrera legal frente a las atolondradas pretensiones de la reforma de Montoro. Mejor instruido, el batallador catedrático bañezano de Salamanca Valentín Cabero valora el criterio de la Junta en defensa de la singularidad local de Castilla y León, así como el rechazo del consejero de la Presidencia a la ley estatal, que pone «en riesgo los servicios de proximidad en el medio rural» y entra en contradicción con la ley autonómica de Ordenación del Territorio, «favorable al mantenimiento del tejido rural y de las entidades locales menores». La batalla acaba de empezar.